Poema a la quincena
Por fin has de llegar querida mía y entre mis manos te veré un momento, para luego sufrir el cruel tormento de que te esfumes por completo el mismo día. Y te irás prodigando tus favores a esa gente que nunca ver quisiera; al banco, al super, la casera, y a todos los malvados acreedores. Dos veces al mes con tu llegada, se enciende la luz del firmamento, y por algún momento cruel se pospone tu venida, me duelen los bolsillos cuando pienso. No sé por qué extrañas razones, te pusieron por nombre “LA QUINCENA”, ya que por tus miserables proporciones, apenas alcanzas pa’comer y no se cena. Yo quisiera que tuvieras pocas retenciones o que éstas fueran menos rudas, para poder comprarme algunas ilusiones, y gozar también de las maduras. Sé puntual y alivia nuestro infierno, aunque tu alegría sea instantánea y pasajera; pues los miles y miles empleados de gobierno, no logramos hacerla y la pobreza desespera. La quincena es un pase que nunca llega a gol, pues voy a Foly, Wal Mart y Soriana...