El Pacto
Hazlo
por: Angel Suarez
Océano pacífico, costa de Oaxaca, México.
Betty recién graduada de escuela normal superior. Trabajando en primaria de estado de Morelos.
Fanática de nadar y entrenamiento con pesas en gimnasio. Acostumbrada a teñir pelo de rubia.
Fue casual o el destino, en una guerra de más de mil años por la libertad y la Búsqueda de la verdad o de la realidad última, contra los siervos del dios con muchas formas pero un mismo objetivo, someter.
Una Japonesa en vacaciones de verano, nos enseñó la técnica de su país. Platicando mayormente en inglés, un poco en Japonés y nada en español. En resumen su idea era algo como:
Hazlo
Práctica hasta que lo domines
No importa que no entiendas, eso no es importante
Cuando lo domines podrás tener tiempo para entenderlo y además usarlo.
Así caminamos por la orilla del mar escuchando ese inconfundible sonido de las olas, mientras el sol bajaba lentamente por el pacífico océano. Llegando a un rincón donde sólo quedamos nosotros recostados sobre la arena mientras el agua salada nos mojaba. No podía dejar de notarse que la chica Japonesa de unos 22 años, era llamativa mente atractiva. Como lo explicará alguna vez una maestra de biología en secundaria, la salud es belleza. Por eso, esa chica se veía bella, su pelo, la piel y todos los rasgos de su cuerpo proyectaban bienestar tanto físico como mental.
Luego ocurrió algo peculiar que a Betty la revolcó una ola y casualmente le rompió la parte de arriba del sostén. Un rato estuve intentando repararlo de alguna manera pero no tenia remedio. Luego con la charla se nos olvido y ella más fresca no le dio importancia. Al final fui por una playera sencilla de algodón para poder regresar a donde estaba la gente.
Naturalmente ella inicio cubriéndose el pecho con las manos, pero como ninguno de los tres hizo mayo escandalo, luego sus movimientos fueron mas naturales.
Y no puedo negar que, como cualquier hombre normal; Me gusto de cintura para arriba, pero me enamoro de cintura para abajo.
En la noche en un hotel nos reunimos con Ana Patricia que nos invito a un evento muy especial y único. Una velada sin igual, difícil de olvidar, acomodados en un salón de eventos con comida de un nivel exquisito. Mientras el espectáculo principal fue música de guitarra con repertorio clásico y español.
Comenzando justo después de terminar la cena, como una remesa. Patricia nos recomendó una copa especial de vino que fue servida con trozos de manzana en su interior. No tolerando mucho el sabor del alcohol, aun así me pareció que tenía un sabor agradable.
Cuando tocaron las primeras piezas de música fue embelesado todo el mundo. El silencio era lo que más enmarcó el sonido de las 2 guitarras a dueto. Luego para mi sorpresa apareció un complemento fantástico que ya viéndolo pareció obvio que combinará. Una mujer madura, quizás un poco más de 35, bailando la bella danza o danza árabe; siguiendo los ritmos de la guitarra española.
Caminando descalzos por los pasillos del hotel hasta la habitación, sin hacer mas preguntas y sin nada mas que decir. Fue fácil y a 20 metros del suelo se toco el cielo.
Al otro día antes del desayuno bajamos para ir a un lugar no lejos de la playa donde consiguió un lugar con una arquitectura rústica, y se acondiciono un espacio para una clase de yoga. Un reducido grupo, casi fue un evento íntimo con Betty, Patricia y media docena más. Luego un rápido desayuno con tortillas de maíz hechas a mano, queso ranchero, aguacate y carnes asadas, con otros aditamentos frescos como chile y nopales con cilantro. Una rica comida y una interesante platica. Un rato después, 3 de las mujeres de distintas edades, aunque ninguna menor de edad (18), se fueron a cambiar para presentarnos su danza árabe, con la que participarían más tarde en el hotel de eventos.
Para alguien que todo eso era nuevo, aquello deslumbraba, con los detalles de la ropa, la música, la seguridad proyectada por las mujeres, su sexualidad y belleza. Todo combinado en un clima cálido con brisa marina.
Luego de todo eso solo pude decir:
- Vamos al infierno o sea a la ciudad … de México.
Y Betty solo dijo sonriendo
- No lo meremos del todo pero… el infierno, sobre todo cuando no crees en los pecados
Rio un poco mas y agrego:
- las consecuencias combinadas de todos han resultado en una vida así.
Con sentidas palabras únicamente pude decir:
- Lamentablemente estamos en un momento Pobre… además de feo pero antojado.
Ella se detuvo y se coloco frente a mi, muy pegada sintiendo su pecho contra mi cuerpo. Diciendo seria.
- Somos lo que no seremos
Casi en tono de pregunta. Con la única respuesta posible:
- Fuimos lo que nos juramos
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